Noticia de Un Amanecer Fugaz: II Parte. QUIEBRA EL ALBOR

En 2012, entre la radiante primavera de Sevilla, cuando el azar de azahar que revoloteaba el campus se pos inopinada-mente en ella, y el fascinante oto o de Nueva Inglaterra -de cielos con nimbos de tormenta-, se sucede un reguero de lan-ces al socaire del hechizo rom ntico que atrapa a un profesor y a una joven y encantadora periodista. l, lvaro -un francotirador que, metamorfoseado en impetuoso y solitario gladiador, ya se embosca tras la gigantesca ceiba, ya salta a pecho descubierto a la arena-, m s atento al futuro que al pasado; ella -de cautivadora sonrisa y fino deje sevillano-, a ambos. l, obsesionado con el incierto futuro de la democracia directa y del federalismo global, se aventura con un grupo de universitarios en los Andes, la Amazon a y el Pac fico para debatir con ellos sus ideas; ella -Tere para todos, para l Teresa-, alborozada en el enigma, se empe a en hurgar en las nuevas heridas infligidas, en los a os ochenta, a un pueblo pluri tnico -ahora se or, por supuesto, mas esclavo de la geograf a artificial y dispersa de los que anta o fuesen territorios espa oles del Golfo de Guinea- sometido a una tensi n inaudita entre la golosina y los ancestros. Una cr nica a dos voces que arranca con el sacrificio de una misionera espa ola -universitaria inteligente y honesta, asesinada, ante la indiferencia del Gobierno y de las Cortes, por haberse atrevido a vencer la complicidad del silencio- y la desaparici n de la ni a testigo. Discurre entre las reflexiones -bajo la carpa blanca, apostada frente a la inmensidad del Atl ntico, de los Cursos de Verano de Do ana; a bordo del "Isla de Corisco"; los salones del Continental de T nger; a la vera de los bellos fiordos de Noruega; ante las inquietantes fauces del Tungurahua y del Cotopaxi; en el silencio del Sahara; los misterios de la Amazon a o el portentoso susurro nocturno de la selva africana- en torno a una nueva ciudadan a global -la ecociudadan a-, el inaplazable fin de la universidad que conocemos, las vicisitudes de los refugiados, el horizonte energ tico, el surgimiento del ho-mo ociosus o la irrupci n de los nuevos instrumentos pol ticos que ni se imaginan los m s bienintencionados e ilusos miembros del mism simo 15M o de Podemos.