Un tren en la madrugada

Una fr gil joven, usando un vestido rojo bastante corto y un poco escotado, atravesaba r pidamente las calles de la ciudad de Canoas hacia la estaci n del tren metropolitano. En medio de un viento fuerte y de varios truenos que estremec an todo a su alrededor, ella o a poemas bastante tristes.Recitados por un hombre borracho que estaba sentado cerca de la estaci n, los versos que a veces eran acompa ados por los acordes de una guitarra desafinada hablaban de nostalgia y de tragedia. Sin embargo, quiz s su poes a m rbida tuviese m s sentido de lo que aparentaba, pero intentaba rescatar un pasado en el que l hab a sido feliz, ten a un empleo y, sobre todo, no estaba entregado a la adicci n al alcohol.Instantes despu s, fuertes pasos comenzaron a resonar por la estaci n del tren, dejando a Milena muy asustada. Sin embargo, era bastante improbable que aquel ruido ensordecedor fuese provocado por el poeta borracho, que dif cilmente tendr a condiciones f sicas de levantarse del asfalto duro y fr o.Al llegar finalmente al and n poco antes de la medianoche, la chica de diecisiete a os de edad no sab a si a n pasar a alg n tren o si ella necesitar a esperar en aquel lugar aterrador hasta que amaneciese, cuando entonces conseguir a regresar a la casa de sus padres.En el momento en que el tren lleg ara ando las ruedas de acero sobre las v as oscuras y heladas, la chica se alivi un poco. M s aterrador, sin embargo, que darse cuenta de que l iba en la direcci n contraria a la que ella deseaba, fue ver que un hombre siniestro aparec a amenazadoramente en lo alto de la escalera mec nica.Sus pasos continuaban haciendo eco en la estaci n desierta, pero ahora el hombre vestido de negro comenzaba a bajar por la escalera mec nica. El tren con destino a Porto Alegre finalmente llegaba, haciendo que la chica desesperada corriese en su direcci n.Sin embargo, el hecho de que las puertas insistiesen en no abrirse indicaba que una madrugada de terror, pero tambi n de nuevos descubrimientos, reci n comenzaba.Despu s de algunos interminables segundos, el tren comenz a moverse, dejando en el and n sombr o al hombre que inexplicablemente llevaba una fotograf a de la joven en las manos.Aparentemente a salvo, Milena a n desconoc a todos los peligros que la rodeaban y, sobre todo, ignoraba las cosas buenas y malas que el destino le hab a reservado.Observaci n: Escrito y lanzado en formato impreso en el a o 1995, este libro es ambientado en la misma d cada y la historia se desarrolla en las ciudades de Canoas y de Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul/Brasil.