Los secretos de la iniciación masónica

En la antigdad, las escuelas filos鏹icas dispusieron de un cuerpo de normas a trav廥 de las cuales difundieron sus ense鎙nzas en un halo mist廨ico a veces secreto, en el convencimiento de que solo con el rigor del estudio y el desarrollo del aprendizaje, con silencio y paciencia, conducir燰n al pensador a una apertura de mente capaz de buscar, analizar, imaginar v燰s y caminos que le proporcionar燰n explicaciones a preguntas transcendentales, universales, fuera de las inquietudes al uso de la sociedad despreocupada y ufana.

La fraternidad mas鏮ica es una escuela deseable en lo que concierne a la espiritualizaci鏮 de las existencias individuales y la mejora de la sociedad humana en su conjunto (la que, inevitablemente, est?subordinada al mejoramiento efectivo de los individuos). La ense鎙nza es, por excelencia, simb鏊ica y sapiencial ambas son altas posibilidades humanas en lo tocante al orden metaf疄ico. Nada tiene en com con el saber profano ordinario (como es el caso del conocimiento cient璗ico) precisamente porque la experiencia metaf疄ica corresponde a estados superiores del Ser a los que la mente racional y las emociones no pueden alcanzar. El dogmatismo y la creencia est嫕 ausentes del discurrir inici嫢ico mas鏮ico, pues en este nuestro camino no se trata de creer sino de realizar. El mas鏮 debe despojar su conciencia de prejuicios hist鏎icos. Tampoco debe el mas鏮, como libre- pensador, quedar detenido en una serie de afirmaciones de escuela. Debe profundizar en el lenguaje simb鏊ico y ritual y extraer los mensajes que all?residen con una adecuada perspectiva plural y positiva.