Shogun Tokugawa Ieyasu

En un pa疄 dividido, dominado por la violencia y las guerras internas entre clanes, cuyos se隳res se enfrascaban en enfrentamientos sangrientos por ver quien sal燰 vencedor y hacerse con el poder en el Jap鏮, surgieron numerosos l獮eres valientes y audaces, algunos de los cuales como Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi casi alcanzaron su sue隳 de unificar y gobernar el pa疄, pero solo uno, Tokugawa Ieyasu logr?ser proclamado shogun en 1603, con lo que terminaba as?una de las 廧ocas m嫳 sangrientas vividas en el archipi幨ago nip鏮: el llamado per甐do Sengoku.

Durante ciento cincuenta a隳s en la era conocida como Sengoku o de los "Estados en guerra", en Jap鏮, apenas se disfrut?de breves per甐dos de paz; y una y otra vez los daimios se enfrascaban en violentos enfrentamientos b幨icos contra los clanes vecinos arrastrando tras ellos a sus vasallos: campesinos, artesanos, comerciantes y cualquier persona que estuviese en condiciones de empu鎙r las armas, sumiendo al pa疄 en el caos, la muerte, la destrucci鏮 y la miseria.

Esta es la historia del hombre cuyas cualidades personales, unidas a una extraordinaria suerte que nunca lo abandon? logr?vencer a todos sus oponentes y hacerse con el poder en el Jap鏮 medieval, empleando todos los medios posibles sin reparar en da隳s y v獳timas, aunque entre estos se encontrase su esposa e hijo y otros familiares queridos.

Tokugawa Ieyasu fue un personaje de leyenda cuya historia no se ha divulgado lo suficiente, al menos en el mundo occidental, y cuya personalidad se correspondi?con la de un hombre que se movi?h墎ilmente en su 廧oca de acuerdo con el inesperado rumbo de los acontecimientos para ubicarse, no siempre al lado justo, sino de los m嫳 fuertes, aunque fuese de forma circunstancial, para luego acechar como un audaz felino el momento oportuno para atacar los puntos d嶵iles de sus enemigos, o los que anteriormente hubiesen sido sus amigos, porque la amistad, los pactos, los compromisos eran para 幨 circunstanciales y su cumplimiento deb燰 subordinarse al estado de los acontecimientos, los cuales pod燰n variar de un momento a otro.

Cuando su vejez debi?ser tranquila, con todo el pa疄 unificado bajo su 嶲ida, tuvo que tomar de nuevo la espada, y ponerse el casco y la coraza para salir a combatir, y esto a una edad muy avanzada, solo un a隳 antes de morir, y ante un rival poderoso, pero al final volvi?a triunfar y su furia cay?sobre aquellos que osaron levantarse contra 幨. Esta vez no hubo perd鏮 para nadie, ni aunque llevara su sangre o se tratase de una mujer o un ni隳 peque隳.

Ieyasu no supo al morir como podr燰 ser el destino de la dinast燰 por 幨 creada. Muri?con esa incertidumbre y por ello pidi?ser deidificado para velar desde el mas all?por el bienestar de los suyos.

Le toc?vivir una 廧oca convulsa y violenta, pero dej?como legado un pa疄 unificado y en paz, si se puede llamar paz el vivir bajo un gobierno desp鏒ico y con limitados derechos en un conjunto de islas aislado del mundo durante m嫳 de 250 a隳s.

Fue la vida de Tokugawa Ieyasu un conjunto de eventos inesperados en un camino lleno de obst塶ulos impredecibles donde su f廨rea voluntad, su astucia, su sangre fr燰 para actuar audaz y racionalmente ante los incidentes m嫳 inesperados, le permiti?salir victorioso, sin olvidarnos de la que siempre estuvo a su lado acompa鼁ndolo en todo momento, de esa amante fiel solo para los esp甏itus valientes y audaces: la suerte.