Dejarlos ir, pero con amor: La Aceptación del Duelo

Cuando fallece una persona terminan sus sufrimientos, al menos los de su vida en la Tierra. Pero los que siguen viviendo se enfrentan a un trauma asolador, a enormes presiones, a decisiones importantes y violentas emociones. El sufrimiento o duelo de los sobrevivientes apenas comienza. La atenci鏮 de amigos y parientes ha estado centrada en el que estaba muriendo. Pero ahora, aquellos a quienes la muerte afect?m嫳 de cerca necesitan la atenci鏮 y la consideraci鏮 de la familia y los amigos. La mayor燰 de nosotros desconocemos lo que es el duelo hasta que lo experimentamos en carne propia. Sabemos que nos sentiremos tristes y heridos, pero tal vez nos sorprenda el percibir otras emociones, como el enojo y la culpa. Cuando alguien muere, es posible que observemos un cambio en nuestras relaciones con los dem嫳; nuestras familias y amistades ya no son lo mismo debido a las alteraciones que trae consigo la p廨dida de uno de sus miembros. En a隳s recientes, la investigaci鏮 ha revelado que existen patrones de emociones identificables durante el duelo. El conocimiento de esos patrones te puede ayudar a reconocer que la conmoci鏮 y el dolor que sientes intervienen en la cicatrizaci鏮 de la herida que infligi?la muerte. Si una persona enfrenta exitosamente un cambio, 幨 o ella podr?alcanzar un nivel m嫳 alto de crecimiento, sensibilidad y comprensi鏮 de s?mismo y de otros. La muerte de alguien importante en nuestra vida es un cambio, y por cierto un cambio mayor, y algunas veces un cambio inesperado. Pero al fin un cambio, aun cuando sea doloroso, es una parte importante y necesaria en nuestro ser viviente. La muerte de alguien es una p廨dida particularmente dolorosa, sobre todo si uno le tiene un profundo amor. Cuanto m嫳 intensos y profundos sean nuestro amor, dependencia y esperanza tanto m嫳 nos doler?su p廨dida. No hay mucho que hacer ante el dolor; uno debe elaborarlo. No podemos evitarlo; se debe ser verdaderamente consciente de sus emociones. Evitar las emociones del duelo es algo peligroso y puede provocar enfermedades y una severa angustia. Lo peor de no hacerlo nos lleva a un choque psicol鏬ico que nos imposibilita crecer y aceptar el cambio. Detenernos demasiado a meditar sobre la angustia o la depresi鏮 o supuesta culpa durante el duelo nos recuerda una herida abierta en nuestra piel que contin sangrando y deja expuesta la carne viva. No s鏊o no sanar?sino que eventualmente aparecer?una infecci鏮 que provocar?mayores y m嫳 graves problemas. As?sucede con el duelo. El proceso de sanar sucede gradualmente y en alg momento se completa. Si este proceso se bloquea, se produce una infecci鏮, en forma de da隳 emocional, crecimiento frustrado e inabilidad para vivir cabalmente la vida. La cicatrizaci鏮 se completa con la elaboraci鏮 del duelo. Esto pasa porque no puede enfocarse pasivamente; tiene uno que manejarlo. A veces se siente dolor y uno se resiste. Otras veces se piensa que nunca se va a recuperar de esta p廨dida. Pero practicando esta experiencia, expresando y dirigiendo las emociones que se sienten, uno se recuperar? Podr?moverse desde el pasado, vivir en el presente y visualizar el futuro. Sobrevivir al duelo no significa que ya no eches de menos a aquel que muri? Este estar?en tu vida por siempre, pero su papel dentro de ti debe cambiar. Puede uno continuar am嫕dola o am嫕dolo, pero este amor eventualmente llegar?a ser una parte m嫳 peque鎙 de tu vida. Debemos decir el adi鏀 postrero de modo que puedas seguir actuando. Debes dejarlo ir con amor.